Cuando las cartas y las fotos palidecían con el devenir
del tiempo, su color amarillento nos recordaba que existió un día en el que hubo
color y calor. Ahora en la era digital nada palidece y nada amarillea, pero el
tiempo sigue igualmente en su incansable e imparable devenir. Quizá sin esos
decolorados referentes, nos cueste más el recodar que hubo un pasado.
Estos días hemos vivido
juntos la experiencia de inmortalizar la primera voz en español que se atreve a
entonar en clave de rock, el idioma de oriente. Y ahora, como auténticos
pioneros, nos enfrentamos a la difícil empresa de recorrer en sentido inverso (y
casi a contracorriente me atrevo a pensar), la ruta de la seda y llevar a la
China el color y el calor de una melodía de occidente. La más bella melodía
diría yo.
Sólo deseo que cuando pasen
los años, (si las fotografías fuesen fotografías ya lucirían su amarillo de gala, y si las cartas fueran cartas presumirían
de su pálido más intenso) recuerdes que hubo un tiempo en el que tuviste color y calor
entre una familia de músicos que luchó tanto por su sueño, que finalmente lo cumplió.
JJ es batería en LOCAL 9
wow hermosas palabras de un grande!!!
ResponderEliminarMaravillosas palabras, creo que todos recordaremos ese día, ya que esta espectacular melodía y letras fueron combinadas y no sólo eso sino dos culturas e idiomas que fueron llevamos a la inmortalidad de una manera magestuosa como debe de ser.
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