Decidiste
entrar y no sabías a lo que ibas, o lo sabías a medias
Siempre te gustó perderte en tu recóndito escondite, que algo tiene de verdad y, aunque suene a contradicción, te ofrece la libertad¸ únicamente si la sabes o la quieres percibir en tu lugar.
Los largos pasillos cambiantes,
-que algo tienen de Piranesi- te sitúan
en un punto de no retorno, pues ya no
eres el mismo y de repente todo parece nuevo, aunque siempre queda de donde
hubo -que es lo que mantiene el hilo conductor entre tus máscaras-.
Superficialidad, vanidad,
ignorancia y un cínico poder; únicamente válidos para ese segmento al que
llamamos vida. El procedimiento de
los espectros siempre es el mismo:
cortina de humo, voluntad débil y a tejer con un ímpetu sostenido por la
palabra baldía, sin su consecuente acto.
Enmarañan mediante sus telarañas
cada rincón de tu mente laberíntica, con ciega fe en la hipotética superioridad
de su verbagàlia. Mientras, tú te
callas y piensas…
Eres naturaleza, una calma
predecesora, y lo sabes; pero hay quien lo ignora, como ignoran la voz del
silencio, o la consecuencia del asesinato de tu contención. Será entonces
cuando no importe salir por la puerta, o bien, derribando muros.
David Marqués es bajista de LOCAL 9